Es una zona que empieza en el “Santuari de La Mare de Déu del Llosar” y se extiende en dirección norte hasta el “Mas d’Armelés”. Se trata de uno de los lugares en el que hay más cantidad de construcciones de piedra en seco, donde están construidas con más perfección y donde se conservan mejor. Casetas, paredes, paredones, caminos y escaleras conforman paisajes en los que la vista se llena totalmente de construcciones de piedra.
Centenares de metros de paredes de piedra en seco. Con un solo golpe de vista se puede ver decenas de paredes en paralelo y numerosas casetas, escapándose la realidad del entorno al objetivo de la cámara de cualquier fotógrafo. Ninguna fotografía hace justicia a la cantidad de construcciones que hay. Están perfectamente integradas en el medio y conforman un paisaje maravilloso, que hace unos años todavía estaba cultivado.
En este paraje la piedra es plana, similar a la del Losar, y mucho más regular que en otros lugares. Este hecho permitió que se hicieran construcciones con mayor solidez.
El gran activo de esta zona radica en que, su dificultad para acceder con vehículos ha comportado su abandono tal y como era hace años. Por tanto, aparece sin obras con otros materiales, cemento, puertas metálicas, etc. que de forma general se encuentran en otras fincas.
MARÍN, M., MIRALLES, F. y MONORT, J. (2002): Els homes i les pedres. La pedra seca a Vilafranca: un paisatge humanitzat. Servei de Publicacions de la Diputació de Castelló. Castelló.