Monumentos .
Recorrer los calles de Vilafranca supone retroceder en el tiempo, de la época de la industrialización en la Edad Media. El centro histórico conserva el encanto de tiempos pasados: edificios modernistas; casas cono escudos; una iglesia renacentista construida en tiempo récord, como una Torre de Conjurar; un Museo de la Piedra en Seco; un Ayuntamiento con un retablo gótico; y todo un conjunto de callejuelas desniveladas de difícil tráfico cuando la nieve las cubre, que legan hasta el Portal de San Roque, la única puerta de la muralla medieval que se conserva.
Fuera del casco antiguo destaca la plaza de Toros, la tercera más grande de la provincia; las ermitas de Santa Bárbara y San Roque.
"retroceder en el tiempo, de la época de la industrialización en la Edad Media."
Las esculturas del Explorador Andrés, del Niño de la Estrella y la de homenaje a las personas trabajadoras de la industria textil. En definitiva, rincones que diferencian a la parte antigua de la moderna, como si fueran un pueblo y una pequeña ciudad.
Ruta para visitar todos los monumentos:
Ayuntamiento (s. XIII-XIV) y Museo de Vilafranca
Casa solariega de los Brusca
Casa de los Peñarroya
Hospital de caridad
Portal de San Roque
Horno gótico
Lonja y Museo de la Piedra en Seco
Iglesia de Santa María Magdalena, Torre de Conjurar y Museo
Campanario
Cofradía de Santa María la Mayor
Casa de Álvaro Monfort
Casa de Julio Monfort
Farmacia
La Nevera
Antiguo Colegio de la Consolación
"El Moderno"
Estatua homenaje a las personas trabajadoras de la industria textil
Ermita de Santa Bárbara
Plaza de Toros y estatua del Niño de la Estrella
Ermita de San Roque
Calvario
Lavaderos públicos
Santuario de la Virgen del Losar
Puebla del Bellestar
Ayuntamiento (s. XIII-XIV) y Museo de Vilafranca
Edificio con varias salas nobles, en las que destacan los artesonados de madera y los ventanales góticos. En el Salón de Plenos – donde todavía se siguen celebrando – se expone un retablo gótico procedente del santuario de la Virgen del Losar, pintado por Valentí Montoliu en 1455, dedicado a la citada Virgen.
Ha sido la sede del Ayuntamiento de la “Real Vila” de Vilafranca hasta el año 2001. Actualmente alberga la Oficina de Turismo y el Museo de Vilafranca, con dos salas de exposiciones permanentes (mineralogía y paleontología) y varias salas de exposiciones temporales.
Casa solariega de la familia Brusca
Los miembros de la familia Brusca fueron personas nobles, poderosas e influyentes, que desempeñaron durante muchos años los cargos más importantes del gobierno local. Fueron los propietarios de la torre - aduana de la Pobla del Bellestar y en la parroquia de Vilafranca eran los titulares de la capilla de Sant Pere, para la que encargaron a Valentí Montoliu un retablo, quemado en 1936. Emigraron de Vilafranca al s. XVIII.
Casa de los Peñarroja
Es una casa de modesta apariencia externa, con una puerta adovelada en piedra y con el escudo de armas de la familia. En la fachada lateral que da a la Plaza de la Iglesia, se puede ver un panel cerámico que recuerda cómo Juan Bautista Penyarroja consiguió del rey Carlos II la independencia de Vilafranca y de las aldeas morellanas en 1691.
Hospital de caridad
Edificio medieval construido para dispensar asistencia sanitaria y ayuda a los necesitados, pobres y peregrinos; de ahí que estaba ubicado junto a una puerta de entrada a la población.
Portal de San Roque (s. XV).
Las murallas medievales de Vilafranca, construidas en tiempos de Pedro IV, tenían cuatro puertas: el portal del Forn, el de Mosén Miquel Gil o del Collat, el de la Iglesia y el de Sant Roc. Éste último, conocido popularmente con el nombre de “El Portalet”, es la única puerta que se conserva en pie actualmente. Facilitaba el acceso al pueblo desde el camino de Benassal. Encima de este portal hay una capillita dedicada a San Roque, y en la fachada posterior un panel cerámico con la imagen de San Cristóbal.
Horno gótico (s. XIII)
En el núcleo originario de Vilafranca se encuentra este edificio que responde a la denominada arquitectura de conquista, con una sucesión de arcos diafragma, sobre los que descansa la cubierta de madera. Desde su edificación hasta el momento actual, este inmueble ha tenido una dilatada historia, pasando por manos feudales, reales, privadas y municipales. En la actualidad, es propiedad de la Cooperativa de Agroturisme Vilatur Coop. V., que lo ha restaurado como salón de usos múltiples para sus clientes.
Lonja y Museo de la Piedra En Seco
Edificio del s. XIV, con arcos ojivales en el muro lateral de la derecha y pilastras renacentistas en el de la izquierda. Originariamente se utilizó como palco, pero ha sido también parvulario y escuela de niñas, biblioteca municipal, guardería, etc.
Actualmente, es la sede del Museo de la Piedra En Seco, un espacio museográfico único por sus características, que permite al visitante la posibilidad de conocer el mundo de la arquitectura de la piedra en seco, sus técnicas y sus usos, a partir de un recorrido por paneles, maquetas, recreaciones y proyecciones.
Iglesia de Santa María Magdalena, Torre de Conjurar y Museo
Es un magnífico templo de estilo plateresco, que combina en perfecta armonía elementos góticos y renacentistas. Se inició en 1567 y se terminó en 1572, bajo la dirección de los maestros de obras Pere Masseres y Raimon de Pertusa. Posteriormente, su estructura se completó con la construcción de la Capilla del Trasagrario (1667-1670) y de la Comunión (1725-1737).
En la parte posterior de la iglesia hay una torre almenada, que forma un único cuerpo con el resto del edificio y le confiere el peculiar aspecto de fortaleza. Probablemente se levantó en sustitución de una torre anterior, una vez finalizadas las obras de construcción de la iglesia. Hoy en día, la Torre de Conjurar es la sede del Museo Parroquial, en el que se puede admirar una interesante colección de obras de arte.
También merece la pena acercarse hasta la Capilla de la Comunión de esta parroquia, para ver el valioso sagrario que realizó el gran artista valenciano Vicente March. Este tabernáculo obtuvo el Premio Nacional de Orfebrería en 1947. En estas dependencias también se encuentra el magnífico retablo gótico dedicado a Sant Miquel, que Bernat Serra pintó entre 1429 y 1431 para la ermita del santo, situada en la Puebla del Bellestar.
A la part posterior de l’església hi ha una torre emmerletada, que forma un únic cos amb la resta de l’edifici i li confereix el peculiar aspecte de fortalesa. Probablement, es va alçar en substitució d’una torre anterior, una vegada finalitzades les obres de construcció de l’església. Avui en dia, la Torre de Conjurar és la seu del Museu Parroquial, en el què es pot admirar una interessant col·lecció d’obres d’art.
També val la pena acostar-se fins la Capella de la Comunió d’aquesta parròquia, per veure el valuós sagrari que va realitzar el gran artista valencià Vicente March. Aquest tabernacle va obtenir el Premi Nacional d’Orfebreria l’any 1947. En aquestes dependències també es troba el magnífic retaule gòtic dedicat a Sant Miquel, que Bernat Serra va pintar entre 1429 i 1431 per a l’ermita del sant, situada a la Pobla del Bellestar.
Campanario
A sus pies y en el lateral izquierdo de la iglesia está el campanario actual de Vilafranca. Se levantó en 1909 en sustitución de la anterior, de la época medieval, que tuvo que derribarse porque amenazaba ruina. Se trata, sin duda alguna, de una de las últimas obras construidas con sillares de piedra en la provincia de Castellón. Su arquitectura, sencilla y sin mucha decoración, responde al estilo funcional y ecléctico. La torre de las campanas fue diseñada por Francesc Tomàs Traver.
La Cofradía
Se trata de la cofradía más antigua de Vilafranca, junto con la de Santa María la Menor y la de San Antonio. Aunque se ignore, la fecha de su fundación, en 1388 el rey Juan I aprobó sus Estatutos en Zaragoza.
En 1596 ya tenía su propia casa para la celebración de sus juntas, pero probablemente fue modificada con el paso del tiempo. Este notable edificio de la Calle Mayor, destaca por la elegante portada barroca, los trabajos en madera de los ventanales y el alero de baldosas.
Esta cofradía veló tanto por sus propios fines como por los de la cultura y los bienes materiales de los vecinos de Vilafranca. Entre otras actuaciones, acordó colaborar en el sostenimiento y remuneración del maestro de la escuela, en la sesión celebrada en 1645; y construir una nevera "para el bien público", en la sesión celebrada en 1647.
Casas Modernistas
La industria textil es el motivo más importante de que Vilafranca tenga un perímetro urbano asombroso, con un casco histórico y una parte moderna. Esta localidad experimenta un crecimiento fuera del recinto amurallado durante la expansión industrial de finales del s. XIX y principios del s. XX, cuyo motor principal son los tratantes de caballerías.
En esta época surge una pequeña burguesía local, enriquecida durante el proceso de industrialización de Vilafranca, y es ahora cuando se construyen edificios modernistas como su propia casa. Entre otros inmuebles de este estilo destaca la casa de Álvaro Monfort situada en la Calle Mayor, remarcable por los dos miradores simétricos, el paramento acolchado de la planta baja, las pilastras de los extremos de la fachada también acolchadas, etc.
También en esta calle, a escasos metros de la plaza Don Blasco, se encuentra la vivienda del empresario textil Julio Monfort. El diseño de la fachada se caracteriza por el predominio de la simetría y la marcada verticalidad. Algunos elementos decorativos, como el enrejado de los balcones y las bandas de cerámica de color verde y marrón, embellecen el edificio con claras alusiones al modernismo valenciano.
Farmacia
A escasos metros del edificio conocido como “El Moderno”, en el número 3 de la avenida del Llosar, se alza otra excelente muestra de arquitectura peculiar en el centro de Vilafranca: la casa modernista de 1919 del farmacéutico Enric Segura.
La Nevera
La Cofradía de Santa María la Mayor en 1647 acordó construir una nevera con el fin de conservar la nieve "para el bien público". Se edificó en la confluencia de las calles La Bassa, Sant Miquel y El Cid. Desapareció a principios del s. XX. La fuente actual denominada "La Nevera" nos recuerda su antigua ubicación.
Antiguo Colegio de la Consolación
El Colegio de la Consolación de Vilafranca se fundó el 16 de septiembre de 1901 en la calle la Bassa. Era la primera de las veintiocho fundaciones en la Península que realizó la reverenda madre sor Juana Tena Gascón, hija de Vilafranca, desde que fue elegida como madre superiora de la congregación. Durante su generalado también creó institutos en América.
En 1921, las monjas dejan su primera Escuela y Residencia, que se ubicaba en la calle Major, y se trasladan al nuevo Colegio y Convento de la plaza Don Blasco de Alagón, de estilo neogótico. Las monjas se van de Vilafranca el 8 de julio de 1972 y el Colegio se cierra definitivamente.
"El Moderno"
Situado en uno de los puntos con más vida de Vilafranca, este edificio lo mandó construir en 1926 el doctor Manuel Palomo Pallarés, para utilizarlo como clínica y vivienda propia. Se trata de un inmueble con fachada redondeada, que combina elementos modernistas y academicistas. Don Manuel fue, además, fundador de la Banda de Música en 1928 y promotor de la construcción de la Plaza de Toros en 1933.
Estatua de la Mujer Trabajadora
Escultura de bronce del artista José Manuel Garcia Cerveró, “Jere”, alzada en homenaje a la labor desempeñada por miles de trabajadores y trabajadoras de la industria textil de Vilafranca.
Ermita de Santa Bárbara (s. XVIII)
Fue construida entre 1773 y 1794 para facilitar el culto de la santa, debido al difícil acceso a su ermita anterior, situada en la Partida del Pozo de la Llamia. Es un ejemplo de iglesia de planta de salón reducida al mínimo tamaño, con tres naves a la misma altura y crucero cubierto con cúpula, que no destaca en el exterior, sostenida por delgados pilares. En el interior, se conservan pinturas al fresco con representaciones del martirio de santa Bárbara y de otras santas vírgenes y mártires de la antigüedad cristiana.
Plaza de Toros y estatua del Niño de la Estrella
Su edificación se inició en abril de 1933 y se inauguró el 10 de septiembre del mismo año. Fue promovida por personas acomodadas del pueblo y debido, básicamente, al gran apego que despertó el torero Silvino Zafón, El Niño de la Estrella.
Para conmemorar el 75 Aniversario de la inauguración de la Plaza de Toros de Vilafranca y el centenario del nacimiento de este torero de la población vecina de la Estrella (Mosqueruela – Teruel), se levantó esta estatua de bronce. Su autor es el escultor José Manuel Garcia Cerveró, Jere.
Ermita de San Roque
Dice la tradición que en 1520, un hombre herido por la peste, que se había refugiado en una cueva no muy apartada de Vilafranca, formuló la solemne promesa de levantar una ermita en Sant Roc si le curaba del contagio. Parece que lo curó, porque la primitiva ermita fue construida muy cerca del Barranco de la Fos y del Pozo de la Llamia.
Este santo no sólo mostró a los vecinos de Vilafranca patrocinio en las pestes y epidemias, sino que también los libró de las plagas de la langosta. Por este motivo, se le llamó patrón de Vilafranca, el día 29 de septiembre de 1688.
Aun así, pasaron muchos años hasta que se predicó el sermón del santo por primera vez (año 1658) y se fue en procesión (1665) hasta la ermita. Porque no estaba ubicada en un lugar accesible para ser visitada frecuentemente, por la carencia de mayorales o por cualquier otra razón, se descuidó la conservación del edificio. Estas razones motivaron que se construyera un nuevo templo y se dedicara el primitivo a Santa Bárbara.
El 10 de febrero de 1704 se determinó edificar una nueva ermita en el peiró de San Agustín, donde hoy está, en el denominado barrio de las Eras de San Roque.
Se trata de una ermita de esbelta silueta, muy alta, con un pórtico en la fachada principal, sobre el que se encuentra el corazón. Robustos contrafuertes reciben la fuerza lateral de los grandes muros y la cubierta. Internamente, consta de una sola nave con altar mayor, cuyos muros aparecen decorados con pinturas relativas al santo.
La ermita fue construida entre el año 1705 y 1726 y, si bien en apariencia muestra un robusto aspecto, lo cierto es que existen en su estructura muchas grietas y deficiencias que le auguran un mal futuro si no se restaura urgentemente.
Ante esta ermita se levantó también el peirón de San Agustín o de San Roque, ahora desaparecido.
Calvario
Ignacio Peñarroja, presbítero y beneficiado de la parroquia de Vilafranca, en 1733 destinó una finca de su propiedad situada en un montículo a la derecha del antiguo camino de Ares y Castellfort para erigir el calvario. Posteriormente, en 1739 mandó construir una pequeña ermita dedicada a la Crucifixión de Cristo.
Lavaderos públicos
Los lavaderos públicos del municipio, conocidos por los villafranquinos como “Llavadors”, están ubicados en el Barranco de la Teuleria. Se trata de un edificio que, en su interior, alberga tres amplias balsas con grandes losas del terreno, pulidas por el uso. Aquí acudían las mujeres de la localidad para lavar la ropa, porque no había agua corriente en las casas. Por tanto, es fácil imaginar la función socializadora del lugar, en el que la obligada cita propiciaba la charla, el intercambio de impresiones y la revelación de las últimas noticias.
La Font dels Llavadors, que alimenta las mencionadas balsas, tiene en el exterior del casalicio unos bebederos en torno a los cuales, diariamente, se concentraba el ganado antes de iniciar y concluir la “dula”, que duró hasta la década de los sesenta .
Santuario de la Virgen del Losar
A unos 2 kilómetros de Vilafranca, en dirección a la Pobla del Bellestar y junto a la carretera de la Iglesia del Cid (Teruel), se encuentra el Santuario de la Virgen del Losar. Se trata de un interesante conjunto arquitectónico formado por la ermita, el hostal anexo, los soportales, las viviendas y los corrales.
La Pobla del Bellestar
La Pobla del Bellestar es un extraordinario conjunto histórico-artístico, situado junto al cauce del Río de los Truchas, que sirve de límite entre la Comunidad Valenciana y la de Aragón, entre las provincias de Castellón y de Teruel, entre el término municipal de Vilafranca y el de Iglesuela del Cid. Se trata del núcleo originario en el que se fundó Vilafranca. Allí, Blasco de Alagón otorgó la carta de poblamiento de Río de las Truchas en el año 1239. De este modo, se daba vida propia al municipio y nacía Vilafranca, pero con el nombre de Río de las Truchas.