top of page

Curiosos

Enclaves .

 A unos dos kilómetros del pueblo, con la posibilidad de ir en coche o hacer un paseo, se encuentran dos enclaves que no deben perderse, de gran interés arquitectónico y cultural.

SANTUARIO DE VERGEN DEL LOSAR

Conjunto arquitectónico formado por la ermita de la Virgen del Losar, del siglo XVII, la hospedería, las viviendas, los corrales, un edificio porticado del siglo XIX, conocido como los arcos del padre Plácido, y el peirón del Losar.

La imagen que se venera en esta ermita fue hallada por un labrador, probablemente a finales del siglo XIV o principios del XV.

A unos 2 kilómetros de la Vilafranca, en dirección a la Puebla del Bellestar y junto a la carretera de la Iglesia del Cid (Teruel), se encuentra el Santuario de la Virgen del Losar. Se trata de un interesante conjunto arquitectónico formado por la ermita, la hospedería anexa, el porche, las viviendas y los corrales.

Cuenta la tradición que la imagen de la Virgen del Losar fue encontrada por un labrador que estaba arando cono bueyes en el campo. Éste observó que sus bueyes se paraban y, obedeciendo a un extraño impulso, se arrodillaban. La reja del arado había tropezado con un objeto duro, que era la cara de una imagen, cubierta por una llosa. La impresión del labriego fue grande y la alegría mayor, al contemplar la hermosa imagen de la Virgen, con el Niño en sus brazos. El labrador comunicó este hallazgo a todos los vecinos de Vilafranca y, una vez proclamada patrona del pueblo, empezó la gran veneración que le profesan.

La Virgen del Losar puede considerarse como una de las primitivas imágenes de estilo gótico que se conservan en la comarca de Els Ports. La fe que depositaron los vecinos de Vilafranca en aquella Virgen, motivó que en el mismo campo donde se halló, se levantara una ermita de estilo gótico para honrarla, codiciarla y venerarla. Para aquella ermita, se encargó al artista Valentí Montoliu que pintara un retablo gótico, conservado hoy como una joya en el ayuntamiento.

La actual Ermita del Losar, sin embargo, es de mitad del siglo XVII, puesto que la primitiva se había quedado pequeña. Consta de tres naves cubiertas con bóveda de cañón, capillas laterales y camarín en la parte trasera del templo. Destaca también la fachada de estilo greco-romano con arco adintelado, el reloj de sol de la parte superior, así como el remate con una gran espadaña con tres huecos para tres campanas.

Delante de este templo destacan el tronco de un gran olmo, desgraciadamente muerto por una enfermedad, y el edificio porticado del XIX, conocido popularmente como “Los Arcos del Padre Plácido”. Este monje vilafranquino, exclaustrado del monasterio de Benifassà con la desamortización de Mendizábal, tenía la intención, al iniciar las obras, de cerrar completamente la ermita en una plaza porticada; al morirse, las obras se suspendieron y el proyecto quedó definitivamente inacabado.

También se puede contemplar el “Peiró del Losar” o cruz de término, una obra de cantería del año 1595, que consta de los siguientes elementos: una base y una gradería circular; una caña o tronco octogonal; un capitel ochavado esculturado, con insignias de la Pasión (martillo, tenazas, escalera, clavos, azotes, columna, esponja y lanza), y una cruz con tronco de palmera, asnos decorativos en los ángulos y esculturas distribuidas de la siguiente forma: el anverso la de Cristo; y en el reverso, la de la Virgen con el Niño Jesús.

Este peiró fue destruido en 1936. De él se han conservado hasta nuestros días las tres gradas, la base y la cruz, habiendo desparecido el resto de elementos. Fue restaurado en 1948 por los mayorales de la Virgen del Losar de ese año. Se restauró de nuevo y se inauguró el 8 de septiembre de 1996, gracias a la colaboración de la Diputación Provincial de Castellón, el Ayuntamiento de Vilafranca y la Asociación Cultural “El Peiró”. Ahora bien, la cruz original de este peiró fue recientemente encontrada y está en el Museo Parroquial de Vilafranca.

Hasta el santuario acuden los vilafranquinos cada 8 de septiembre, con motivo de la celebración del día de la fiesta de la Virgen del Losar. También van en rogativa el lunes de Pentecostés o Pascua del Losar, y en julio por la fiesta de San Cristóbal.

SANTUARIO DE VERGEN DEL LOSAR

Conjunto arquitectónico formado por la ermita de la Virgen del Losar, del siglo XVII, la hospedería, las viviendas, los corrales, un edificio porticado del siglo XIX, conocido como los arcos del padre Plácido, y el peirón del Losar.

La imagen que se venera en esta ermita fue hallada por un labrador, probablemente a finales del siglo XIV o principios del XV.

La Puebla del Bellestar es un extraordinario conjunto histórico-artístico, situado junto al cauce del Río de las Truchas, que sirve de límite entre la Comunidad Valenciana y la de Aragón, entre las provincias de Castellón y de Teruel, entre el término municipal de Vilafranca y el de Iglesia del Cid. Se trata del núcleo originario en donde se fundó Vilafranca. Allí, don Blasco de Alagón otorgó la carta pueblo de “Río de las Tortillas” en el año 1239. De este modo, se daba vida propia en el municipio y nacía Vilafranca, pero con el número de “Río de las Truchas”.

Entre los diversos edificios y otros elementos etnológicos, destaca la ermita de San Miguel, primitiva parroquia del pueblo. Es una típica iglesia de las denominadas de “reconquista”, de transición del románico al gótico, de finales del siglo XIII. Su planta es rectangular, con armadura de madera y techo a dos vertientes, que se apoya sobre dos arcos apuntados. Las tejas del alero fueron pintadas como la cerámica del tipo “socarrat”. La fachada es de una sobria elegancia. Tiene una portada de piedra, cono arco de medio punto de grandes dovelas. Encima, hay una ventana circular despedazada; una pequeña espadaña situada en un lateral, donde se ubica la campana, sirve de remate exterior de la fachada.

Para esta ermita, se encargó a Bernat Serra la realización de un retablo gótico dedicado al santo en 1429. Hoy en día, se conserva en la parroquia de Santa María Magdalena de Villafranca. Tradicionalmente, los vecinos de Vilafranca acuden a la ermita para venerar al santo, por la fiesta que se celebra cada primer domingo de mayo y el último domingo de septiembre.

También es de gran importancia el puente gótico, que a veces se ha dicho erróneamente que se romano. Es una verdadera joya de la arquitectura medieval, sobria y estilizada al mismo tiempo, capaz de haber soportado el paso del tiempo y de las poderosas avenidas del “Río de las Truchas”, uno de los mejores cauces fluviales intactos de la Comunidad Valenciana y que posee un entorno medioambiental de gran belleza y valor ecológico por su fauna y flora. Según las crónicas del Rey, este puente fue miedo donde Jaime I vino desde tierras aragonesas hacia la conquista del Reino de Valencia.

En definitiva, todo el conjunto formado por la ermita de San Miguel, el puente y las masías adyacentes forman uno de los mejores exponentes de la arquitectura rural valenciana medieval. Se trata, sin duda, de un sitio de gran interés histórico y artístico.

bottom of page